martes, 2 de septiembre de 2014

Un par de apuntes filosóficos de parte de Aristóteles... 

Felicidad:
Según Aristóteles toda actividad humana tiende hacia algún fin. El fin último del hombre es la búsqueda de la felicidad. Sin embargo, no existe un acuerdo unánime en torno a lo que es la felicidad: para uno es el placer, para otros el dinero, para otros la fama… Pero estos no son más que bienes externos que no son perseguidos por sí mismos, sino que no son más que medios para alcanzar la felicidad. La felicidad del hombre viene determinada por su esencia o naturaleza. La felicidad se alcanza cuando el ser humano cumple con la actividad que le es propia y que le distingue del resto de los animales. La característica esencial del ser humano es la razón. La felicidad, por tanto, se alcanza cuando el

Hombre cultiva esta capacidad racional y la máxima felicidad se consigue en una vida dedicada a la sabiduría, que Aristóteles denomina vida contemplativa. No obstante, los bienes externos (riqueza, salud, fama…) son necesarios para alcanzar una vida feliz.

Sociedad:
-Aristóteles  afirma que el hombre es un animal político, es decir, el hombre es por naturaleza un ser social. Es el más social de los animales porque está dotado de lenguaje, es decir, tiene el don de la palabra. Los animales se comunican para expresar sus sensaciones de placer y dolor y, por eso, sólo disponen de voz. Pero el hombre se comunica con los otros acerca de lo bueno y de lo malo, de lo justo y de lo injusto. Todo lo que existe, según Aristóteles, cumple alguna función o fin  y si el ser humano nace con la facultad del lenguaje es para que la desarrolle en el marco de la comunidad. El hombre no es un ser solitario, es un ser social porque necesita de los demás para desarrollarse como persona. De hecho la palabra idiota (de idiotés) significa hombre aislado, persona que no necesita de los demás. En este sentido afirma  que el hombre que no vive en sociedad es o bien una bestia o bien un dios Lo que quiere decir Aristóteles es que fuera de la sociedad el hombre no es nadie.

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